La Catedral de Alejandro Nevski es uno de los principales símbolos de Sofía y una parada obligatoria para los amantes de la arquitectura. Esta impresionante iglesia ortodoxa, construida en honor al príncipe ruso Alejandro Nevski, es una de las más grandes y hermosas de Europa del Este, y su cúpula dorada se puede ver desde prácticamente cualquier punto de la ciudad.
El Parque Borisova Gradina es otro lugar imprescindible para quienes visitan Sofía. Este extenso parque, que cuenta con lagos, jardines, monumentos históricos y una gran variedad de flora y fauna, es el lugar ideal para disfrutar de un paseo relajante o para hacer un picnic en plena naturaleza. Además, durante los meses de verano, el parque se convierte en el escenario de numerosos festivales, conciertos y eventos al aire libre.
El Mercado Central de Sofía es el lugar perfecto para descubrir la auténtica esencia de la ciudad. Aquí podrás encontrar una gran variedad de productos locales, desde frutas y verduras frescas hasta especias, dulces y artesanía tradicional. Además, el mercado cuenta con numerosos puestos de comida donde podrás degustar platos típicos de la gastronomía búlgara, como la banitsa (un pastel de masa filo relleno de queso) o el lukanka (un embutido ahumado).
Por último, el Barrio de Boyana es una joya histórica que no puedes perderte. En este pintoresco barrio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, podrás visitar la Iglesia de Boyana, un pequeño templo ortodoxo famoso por sus impresionantes frescos del siglo XIII, considerados como uno de los ejemplos más importantes del arte medieval en Europa.
En definitiva, Sofía es un destino turístico sorprendente que ofrece una combinación única de historia, cultura y belleza natural. Si tienes la oportunidad de visitar esta encantadora ciudad, no te pierdas la oportunidad de explorar estos rincones que te permitirán descubrir la auténtica esencia de Bulgaria.
